PATRIMONIO


MOLINOS HARINEROS DEL XVIII

Situados en el entorno del barrio de Los Mateos, en zonas próximas al Hondón. Reciben el nombre de "Molino de la Piedra" (extremo norte, junto a la antigua fábrica de "productos químicos") y "Molineta" (extremo nor-oriental, junto al consultorio médico).

Su antigüedad se remonta, como mínimo, al siglo XVIII, lo que se constata por un óleo de finales del XIX, copia anónima del original de Manuel de la Cruz (finales del XVIII), titulado " Vista Norte del Puerto de Cartagena en 1781", réplica expuesta en la sala de arsenales del Museo Naval de Cartagena.  

Si observamos con detalle esta representación de la ciudad de 1781, comprobamos que fuera de la ciudad y en un bajo montículo hacia el norte (izquierda) del Cabezo de Moros, con su castillo, existía ya un molino harinero cuya posición concuerda con la de los restos de los molinos existentes en la actualidad.


Lamentable estado de molinos y sus respectivos entornos
Molino de "La Piedra" (BIC)

La "Molineta"



IGLESIA DE SAN ISIDORO

Fundación
La Parroquia de San Isidoro de Los Mateos (Cartagena) fue fundada a principios de los años sesenta del siglo XX, junto a las de sus tres hermanos santos (Leandro, Fulgencio y Florentina), para atender las almas del Barrio de Los Mateos. Hasta el año 1965, el barrio era atendido, sin templo ni lugar para el culto, por el párroco de Santa Lucía, que por esa época era D. José Rodríguez Scotti, promotor de las llamadas “Misiones”, siendo la más conocida la llevada a cabo por el jesuita Padre Rodríguez, que tuvo su base en la iglesia de Santa Lucía, de quien la gente decía tenía un “pico de oro” y cuyas prédicas no tuvieron lugar en el antiguo almacén en que se planearon inicialmente, propiedad de Pedro Martínez Cañabate, con vigas llenas de gallinaza, sino en una casa junto a la panadería de Pedro Sáez.

El primer párroco propio fue D. José Pallarés. Tras su llegada, el culto se celebraba en una pequeña casa (ya desaparecida, tras su derribo por el Ayuntamiento) propiedad de una tal Doña María (devota católica y esposa de un militar de la Marina), situada en la falda del Cabezo de los Moros, donde está ahora la calle “José Pallarés”.

La primera Misa se celebró en ella el día de Cristo Rey del año 1965, usando una mesa de comedor como altar y con asistencia de tan solo cuatro personas: el cura, la propietaria Doña María, y dos señoras más. Al principio iba muy poca gente, sobre todo porque al estar la casa en alto era pesado subir para las personas mayores. También pudo influir el hecho de que el local estaba situado en un lugar próximo a las Cuevas del Cabezo, lugar marginal, de fama dudosa y, por tanto, poco frecuentado y conocido por los vecinos del resto del barrio.

La falta de afluencia a los actos de culto en la primera casa hizo que este se trasladara al local de una antigua carbonería, situado en  la actual calle de Santa Margarita y propiedad de Soledad “la del estanco”, que fue adecentado, encalado y decorado por un grupo de mujeres del barrio hasta convertirlo en una auténtica capilla en la que se instaló por primera vez para su uso el sagrario regalado a por D José por la parroquia de San Bartolomé de Murcia, de la que fue coadjutor durante dos años En ella se rezaba el rosario, se exponía el Santísimo, había confesiones, etc. Las sillas las llevaron cada uno de sus casas. Así se mantuvo la situación durante unos tres años, hasta la inauguración del nuevo templo en 1967, al que se trasladó el culto, permitiendo así que el local de la anterior capilla se convirtiera en el primer consultorio médico del barrio.

Estado actual de su entorno
Templo
La primera piedra –sin ceremonia- se puso el 9 de agosto de 1966 en terrenos vendidos en 1958 por una cantidad simbólica al Obispado de Cartagena por un vecino del barrio llamado Pedro Martínez Cañabate, mediante escritura de 7 de marzo de dicho año, otorgada en una céntrica notaría de la ciudad de la que era oficial D. Antonio Monerri, padre de quien luego sería Cronista local de la ciudad: D José Monerri.
Constructor: José María Hernández (autónomo – Cartagena).
Arquitecto Diocesano D…
Maestro de Obras: José Cegarra.
Maestro Herrero: Francisco Calzada, apodado “el Quillo”, con taller en Los Mateos

El edificio fue diseñado con los elementos siguientes:
Luz de 17 metros, sin pilar central de soporte.
Vigas de carga de hierro, con entramado en celosía.
Paramentos de ladrillo macizo visto, sostenido con pilares de hormigón.
Voladizo exterior de hormigón armado.
Suelo de terrazo.
Junto con los albañiles del contratista, trabajó bastante el cura, D. José. La construcción llevó algo más de un año, finalizando en 1967. La inauguración tuvo lugar ese mismo año, con la asistencia del entonces Alcalde D. Ginés Huertas Celdrán.

Los fondos necesarios procedieron en su mayor parte del Obispado, pero también de muchas y distintas actividades organizadas a tal efecto por la Asociación de Vecinos, así como de las aportaciones realizadas por muchos ciudadanos de Cartagena a quienes el párroco envió una carta pidiendo ayuda, tomando sus nombres y direcciones del listín telefónico de la ciudad, en el que aparecían los ciudadanos, las empresas e instituciones más pudientes (por eso tenían teléfono). Entre las actividades más memorables organizadas por los vecinos para recaudar fondos reseñaremos, como más importantes, las siguientes:

-          Loterías

-          Fiestas en agosto; de diez días de duración. Coincidiendo con la festividad de la Asunción de María. Comenzaban un viernes y acababan un domingo. Se hicieron muy famosas entre los cartageneros, que acudían junto a los vecinos del barrio a los bailes amenizados por bandas locales del momento, consumiendo en su bar y tómbola (las muñecas sorteadas eran vestidas con primor por las vecinas) y asistiendo a partidos de fútbol, competiciones de tiro con arco, cintas, etc., todos con sus correspondientes trofeos. Tenían reina y damas de honor, paseadas por el barrio y la ciudad o cuando asistían a una corrida de toros.

-          Campañas especiales, como la llamada “de la losa”, en la que se pidió a vecinos y cartageneros en general que aportara cada uno el valor de una o varias losas del enlosado de la Iglesia. Respondió positivamente muchísima gente. Aún se encuentra gente que recuerda los metros cuadrados que ayudó a poner.

-          Festivales de flamenco, en los que participaban desinteresadamente “cantaores” y “bailaoras” de La Unión.

-          Una corrida de toros; novillada-picada, para ser más precisos. Corrida memorable para los anales del barrio, no tanto por su beneficio –no se ganó nada- cuanto por su abundante anecdotario. Se celebró el 3 de septiembre de 1967, fecha en la que habían recalado en el puerto de Cartagena varios navíos de guerra estadounidenses, cuyos marineros asistieron en buen número a la corrida, para cuya organización, la Asociación de Vecinos y el cura contaron con la ayuda de un médico ginecólogo amigo, el Dr. Eduardo Bonet, que hizo valer sus influencias en el mundo del toro local. También colaboró fuertemente un vecino muy entusiasta del arte de Cúchares: D Pedro Martínez Cañabate, de quien ya hemos hablado más arriba al referirnos a los terrenos donde se construyeron Iglesia y Casa Parroquial. Torearon “El Filigrana”, “El Mejorano” y “El Parri” seis toros de D. Francisco Martínez Benavides (Posadas-Córdoba), transportados hasta la plaza por un fumador de puros insaciable que, cuando supo que por no haber beneficio solo podían pagarle el porte con algo de carne de los animales sacrificados, no paraba de repetir nerviosamente mientras mordisqueaba y daba grandes chupadas a su puro: “Mis limoneros ¡! Mis limoneros ¡!”,  árboles que probablemente tendría que entregar para sufragar los gastos de transporte en los que había incurrido. Además, tuvo que traer un toro sobrero desde Albacete, ya que si él no podía celebrarse la novillada. Cuando a la hora de hacer cuentas se reunieron los representantes de la parroquia con el empresario de la plaza Sr.Garcerán, este hizo relación, ante la mirada atónita de los organizadores, del larguísimo listado de gastos en los que había incurrido: médico, limpieza, botiquín (uno de los toreros, el apodado “El Mejorano” sufrió una cogida), etc. cuyo importe, una vez descontado de la recaudación de las entradas arrojaba un balance prácticamente negativo.

Sagrario
Regalado a D. José Pallarés por el párroco de San Bartolomé de Murcia (Don Jesús García - 1965)

Campanas
Regalo de la Empresa Nacional Bazán. De bronce, con sus nombres en relieve. Recibieron el nombre de San Isidoro, la pequeña, y Santa María de Belén, nombre de la esposa del ingeniero jefe de la Bazán, la grande). Se las instaló en una magnífica espadaña de bronce, de diseño moderno, ya desaparecida, donada y restauradas por la empresa aledaña de Productos Químicos.

Cristo
De un taller de Madrid. D José Pallarés se enteró que estaba abandonado en un almacén porque los que los habían pedido (puede que una de las Cofradías locales) no lo quiso finalmente. Se sufragó con una campaña de banderitas que hicieron las mujeres del barrio, que pedían con una hucha a los que paraban cuando estaba cerrado el paso a nivel del “Tren Chicharra” (actual de FEVE) en la antigua carretera de La Unión.

Bancos
Donados por ciudadanos cartageneros destinados en los barcos anclados en el Arsenal. Construidos en los talleres de ebanistería del Arsenal. Los nombres de cada barco  donante aparecían en una placa metálica pegada a cada banco, detalle que posteriormente fue eliminado de los mismos, por decisión del segundo párroco D. Jesús Caballero, previo acuerdo con la Asociación de Vecinos y con los donantes.

Puertas de acceso
Donación del Arsenal. Al igual que los bancos, hechas en pino Canadá de primerísima calidad.

Vidrieras
La más grande y magnífica, instalada en la primera obra, ocupaba la esquina noroeste y fue donada por el Excmo. Ayuntamiento de Cartagena. Representaba a Cristo acompañado de San Isidoro y, debajo de ambos, los otros tres hermanos santos de Cartagena, con sus atributos de obispos y de abadesa. Las restantes fueron sufragadas con las fiestas de 1973
. Perdidas casi en su totalidad a resultas de actos vandálicos en años posteriores (ya durante la democracia), fueron renovadas por las actuales, de inferior calidad.
Trasera actual de la Iglesia
Al fondo, la Vivienda y Casa Parroquial

Vivienda y Casa Parroquial
Corría el año 1966 cuando D. José Pallarés, bien avanzada la obra del nuevo templo, acudió a la casa de D. Pedro Martínez Cañabate (“Perico el buzo”), en la entonces calle Mayor (hoy Falúa) para decirle: “Ya que has cedido el solar para la Iglesia, podrías hacer la gracia completa y cedernos lo que queda del solar para construir la vivienda y casa parroquial”. Dicho y hecho: el 6 de junio de ese mismo año, el citado Pedro Martínez cedía a cambio de una cantidad simbólica 326 metros cuadrados adicionales, área donde todavía hoy día se sitúan la plaza del Iglesia (actual Plaza Pablo VI) y el edificio multiusos parroquial, donde han residido sucesivamente los párrocos de San Isidoro desde el primero, D. José Pallarés, hasta la llegada de D. Francisco Valero, momento en que la Parroquia de San Isidoro vuelve a ser regentada por el Párroco de Santa Lucía, situación que ha llegado hasta nuestros días. En la planta baja de este edificio se instaló la Cáritas parroquial, la Asociación de Vecinos y la Guardería del barrio.

Jardin actual y entorno
La via de Feve pasa justo detrás del templo. Imaginemos el ruido cuando pasa pitando...

Los primeros parroquianos
Los parroquianos de San Isidoro eran gentes residentes en el barrio de Los Mateos, pertenecientes a un amplio rango de oficios, normalmente de rango medio o inferior. Muchos de ellos trabajaban en las estaciones de ferrocarril (RENFE y Feve) o en la fábrica de “Productos Químicos” (la que luego sería “Potasas y Derivados”, de ERT), pero otros muchos tenían oficios y trabajos en otras áreas económicas de la ciudad o alrededores como el Puerto, la Empresa Nacional Bazán, el Arsenal, el Ayuntamiento, Campsa, Refinería, Peñarroya, las minas de La Unión, etc, o se dedicaban como autónomos a trabajos de distinta índole: electricista, fontanero, albañil, forja o, simplemente, comerciantes como panaderos, tenderos, cabreros, pescaderos, etc.

En una relación existente de los cabezas de familia que vivían en la calle Mayor, actual calle Falúa,  en los años en que se construyó la Iglesia de San Isidoro, aparecen las  siguientes personas:

Pedro Martínez Cañabate, administrativo de la Bazán y su hijo, Pedro Martínez, técnico 
de laboratorio de la refinería.
Cerezuela, Jefe administrativo de Renfe
Pepe el chófer
Sra. Soledad: tienda y estanco
Sr. Félix: trabajador de Productos químicos
Tío Félix: llevaba con un carro y un burro comida a los presos de la cárcel de San Antón

A los que podríamos añadir, como segundo ejemplo, los miembros de la primera Cáritas 
Parroquial de 1967:

Ramón Vila (Brigada de Marina)
Pedro Martínez Martínez (Técnico de Laboratorio de la Refinería)
Felipe Martín (Brigada de Marina)
Angel Rodriguez…..(Operador de la Fábrica de Productos Químicos)
Francisco López Guillén (Paco “el de la furgoneta” – Celador del Ayuntamiento)
Pedro Martínez Cañabate (Buzo de la Junta de Obras del Puerto)
Antonio Vidal (Maestro albañil)


Cáritas
Fundada por D. José Pallarés, siendo sus primeros componentes varios de los participantes en los sucesivos Cursillos de Cristiandad organizados por la Parroquia (el primero tuvo lugar en los Jerónimos de Murcia en Marzo de 1968 y participaron los tres primeros de la lista siguiente):

Ramón Vila (Brigada de Marina)
Pedro Martínez Martínez (Técnico de Laboratorio de la Refinería)
Felipe Martín (Brigada de Marina)
Angel Rodriguez…..(Operador? de la Fábrica de Productos Químicos)
Angel Rodriguez Ballesta (hijo del anterior)
Francisco López Guillén (Paco “el de la furgoneta” – Celador del Ayuntamiento)
Pedro Martínez Cañabate (Buzo de la Junta de Obras del Puerto)
Antonio Vidal (Maestro albañil)

La Seguridad Social cubría entonces solo a quienes tenían trabajo y habían sido dados de alta, de lo que la mayoría de los habitantes del Cabezo de los Moros carecía. Cáritas daba comidas, toda clase de enseres domésticos y personales (ropa, gafas, vales, colchones…), habilitaba taxis o transporte para los enfermos que no tenían medios, etc. Los fondos procedían tanto de Cáritas Diocesana como de las cuotas de socios, fiestas, rifas y  colectas realizadas entre los parroquianos de San Isidoro e instituciones de Cartagena.

Reproducimos aquí, a título de ejemplo, los conceptos de ingresos y gastos anotados  en el libro de cuentas del mes de octubre de 1970 :

Ingresos                                             Gastos
Cuotas y donativos (600 ptas)           Transportes
Festejos (8.000 !!!)                           Comisión cobradores de cuotas
Cáritas Interparroquial (1.500)           Invitar a marineros que traen colchones del Arsenal
Loterías (4.580)                                 Vales de pan a Juan Fernández (gitano del Cabezo)

Lista de párrocos y sacerdotes

1º.- D. José Pallarés (proviniente de Archivel – Caravaca)

2º.- D. Jesús Caballero (proviniente del Llano del Beal). Coadjutor, D. Juan Pedro (destinado luego a San Javier)

3º.- D. Aurelio … (dejó el sacerdocio)

4º.- D. Juan Fernández Marín (proviniente de San Diego en Cartagena)

5º.- D. Pedro Vives Zapata (proviniente de los campos de vendimia de Francia)

6º.-  D. Manuel Abellán (destinado a Lorca después). Coadjutor, D. Mariano Cruz.

7º.- D. Francisco Valero (proviniente de Urb Mediterráneo - ya con Santa Lucía)

8º.- D. José Ruiz (proviniente de Torre Pacheco)

9º.- D. Sebastián Chico (natural de Cehegín – recién ordenado)

10.- D. Angel Obradors (médico cirujano de Cartagena – proviniente de Misiones)

D. José Pallarés

15 diciembre 2010: “La enfermedad ha golpeado fuertemente mi memoria” (Entrevista con D. José el 15 dic 2010)

Primer párroco de San Isidoro. Originario de Beniel. Ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1954. Carrera profesional hasta su llegada a la Parroquia de San Isidoro:

1)      Coadjutor Parroquia de San Bartolomé de Murcia (1955 a 1957)
2)      Párroco de Valentín (pequeña pedanía a medias de Cehegín y Calasparra (57/58)
3)      Párroco de El Sabinar, San Juan y Béjar (pedanías de Caravaca, lindando con Nerpio-58/59)
4)      Párroco de Archivel (pedanía de Caravaca - Iglesia de Santa Bárbara – 60 al 65)

Tras su llegada a Cartagena, y puesto que la Parroquia de San Isidoro carecía de templo y casa parroquial, estuvo viviendo, hasta la construcción de esta en 1969, en la misma vivienda que el Capellán de la Milagrosa (D. Francisco Campillo), junto a la Iglesia de San Diego.

Se fue de San Isidoro en 1971, destinado a la Parroquia de San Pablo (sector Estación), siendo reemplazado en San Isidoro por el padre D. Jesús Caballero, que dejaba su parroquia en el Llano del Beal.

Pedro Martínez Romero
Propietario y padre del donante de los terrenos en los que se construyeron la Iglesia, el salón y la vivienda parroquiales. Nacido en San Antón, se instaló en Los Mateos en los comienzos del barrio: los años treinta del siglo pasado. Era buzo de la Junta de Obras del Puerto, uno de los que bajó a inspeccionar el Sirio tras su hundimiento frente a Cabo de Palos y recuperar la caja fuerte del barco, que apareció abierta y vacía…. Cuentan que cuando salió a la superficie pidió que  taparan su cuerpo con barras de hielo (¿). Construyó dos casas en la antigua calle Falúa, actual calle Mayor, nº 21 y 23, en cuyos dinteles hizo colocar sendos cascos de buzo, y que eran llamadas por los vecinos las “casas de Perico el buzo”. Tanto las casas como los dinteles se conservan todavía.

Ramón Vila

Pedro Sáez
Miembro destacado de la Asociación de Vecinos, que presidió desde el año…hasta su muerte, producida durante las fiestas del barrio, en el mes de agosto de …Hizo muchísimo por el barrio, destacando sus gestiones hasta conseguir el alumbrado público hoy existente. En el sermón de su funeral, el párroco de entonces, D. Jesús Caballero, dijo de él que había muerto un santo.

Paco “el de la furgoneta”


CASTILLO DE MOROS


Altitud: 56 metros sobre el nivel del mar.

Importancia estratégica: Desde el Castillo de los Moros se divisa perfectamente el frente del Batel con el Cuartel de Antiguones, Hospital Naval y Cerro de la Concepción. En sentido opuesto, al noreste, se observa toda el área del Hondón y Media Legua.

Este monte era considerado de gran importancia para la defensa de Cartagena. En la Guerra de Sucesión (1706), los ejércitos dirigidos por ingleses, se apoderaron de él y desde allí consiguieron batir el Castillo de la Concepción, neutralizando sus fuegos y conquistando la Ciudad.



Arquitectura: El denominado Castillo de Moros, o de los Moros, constituye una fortificación exterior en el lado oriental de la Plaza de Cartagena a la cual defiende. Por su forma, pertenece a un tipo de fortificación abaluartada denominada obra coronada (compuesta por un baluarte central y dos medios baluartes en los extremos). Esta obra coronada corre casi paralela a la muralla urbana, y servía para cubrir los frentes del Hospital Militar y las Puertas de San José, obligando a un posible enemigo a retrasar sus líneas de ataque hasta una distancia desde la que era imposible batir a la propia ciudad.

Consta de tres baluartes: norte, central y sur, y dos cortinas entre aquéllos: la norte y la sur.

El edificio presenta cuatro puertas. La puerta principal se dispone en el baluarte norte, en su esquina suroeste.

Paralelo al cierre oeste del baluarte septentrional da comienzo el antemuro, configurando un foso seco.


Los paramentos exteriores presentan una mampostería vista de gran tamaño, bastante regular; en grandes extensiones aparecen las juntas reparadas con mortero y pequeñas piedras, generalmente negras.

Toda la plataforma superior debió esta solada con un pavimento de piedra, hoy prácticamente desaparecido, es de suponer que se ha utilizado como material de construcción para las casas que, en su día, estuvieron adosadas al antemuro o en otras de la zona. Sobre la explanada se levantan los restos de dos edificaciones de ladrillo y mampuestos, hoy sin cubiertas y en estado ruinoso, una de ellas sobre el baluarte central o caballero, y otra en el baluarte norte.

Historia:
Fue construido durante el reinado de Carlos III (hacia los años 1773-1778). Fue proyectado por Pedro Martín Zermeño, aunque el diseño final y la dirección de obras corresponden al ingeniero militar Mateo Vodopich, terminando sus obras en torno a 1778.

Desde su construcción siempre estuvo artillado. Con motivo de la Guerra de la Independencia, en 1810, se le emplazaron 10 cañones de hierro.

Durante la Guerra Cantonal contaba con 16 piezas de artillería, y jugó un importante papel, cubriendo y evitando la penetración de los sitiadores por el este de la Plaza.

Este castillo fue entregado al Ministerio de Hacienda en el año 1923 y en 1929 pasa a ser propiedad municipal.


Estado actual falda oriental del castillo 


EL ANTIGUO  JARDIN BOTANICO


 Por R.O. de 1 de noviembre de 1785 se mandó construir un Jardín Botánico "en ciudades de las provincias meridionales de la península que, por la fertilidad de su suelo, benignidad de su temperamento (sic) y por su inmediación a los puertos de mar, ofrecen la proporción de poderse criar en ellas con facilidad el crecido número y variedad de vegetales que se encuentran esparcidos no sólo por España sino también por mis vastos dominios en Indias, donde actualmente se están haciendo a mis expensas diversas expediciones botánicas para el reconocimiento y recolección de las plantas más exquisitas y apreciables que, trasladadas, acogidas y cuidadas en los insinuados jardines de las costas meridionales, se acostumbre insensiblemente a nuestros climas y propagándose se transplante y connaturalice en los terrenos de España que sean más adecuados a su naturaleza y, VERIFICÁNDOSE TODAS ESTAS CIRCUNSTANCIAS EN MI NOBLE Y LEAL CIUDAD DE CARTAGENA, EN LA CUAL HAY ADEMÁS UN DEPARTAMENTO DE MARINA Y UN HOSPITAL, A LOS CUALES Y A SUS MÉDICOS Y CIRUJANOS SERVIRÁ DE CONSIDERABLE LUSTRE Y UTILIDAD...HE VENIDO EN CREAR Y DOTAR EN LA EXPRESADA CIUDAD DE CARTAGENA UN JARDÍN Y ESCUELA DE BOTÁNICA..."

Por R.O. de 1787 se ordena de manera expedita a preparar el piso de dicho Jardín Botánico en los terrenos del barrio de Santa Lucía que está en la ladera del Castillo de Moros, de manera que no estorbe ni al paseo de las Delicias ni al proyectado desagüe del Almarjal que debía discurrir por un canal a través del istmo hasta la playa del Batel

Plano del Almirante Tofiño en Mº Naval de Cartagena - 1788
En su lectura 10, el Jardín Botánico inaugurado en noviembre de 1787 junto al Castillo de Moros y al desagüe de la playa del Batel 

De acuerdo con el plano o carta de Tofiño, levantada en 1788, sus dimensiones reales eran de 185 varas castellanas (1 vara = 81 cm.) de fachada o lado este-oeste (con 175 varas en el lado opuesto del fondo) por 160 de ancho en el lado norte-sur. Trapezoidal. Con ello su superficie total mediría 20.000 varas cuadradas (aprox. 2 hectáreas), o sea 16.220 más de las que figuraron en el proyecto.

En el discurso de inauguración del Jardín del catedrático de Botánica José de Roxas, este dijo que "los cirujanos de la Real Armada que se ven precisados a reasumir en sí las funciones de médicos, cirujanos y boticarios no pueden dejar de comprender la necesidad de conocer las plantas que en los viajes o arribadas han de prescribir o aplicar a sus enfermos...Logrará el Jardín Botánico la felicidad de ostentar en su recinto las más preciosas producciones de todo el Universo, sirviendo de espectáculo de admiración y de noble envidia a todos los profesores y VIAJEROS, ASÍ ESPAÑOLES COMO EXTRANJEROS; entonces tendrán en él las plantas que surcando los mares de ambas Indias nuestros buques conduzcan a nuestro puerto"

Para surtir al Jardín los barcos de América llegaban a España, traían árboles, arbustos, plantas raras y semillas que se distribuían debidamente clasificados y catalogados con una papeleta, especificando la procedencia, nombre, familia, tipo especial y propiedades especiales y medicinales.

A la muerte de Carlos III, en 1788, su hijo y sucesor Carlos IV continuó con la protección del Jardín. El 19 de marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez que derrocó al Primer Ministro Manuel Godoy. Al llegar la noticia a Cartagena, estallaron manifestaciones de alegría por la caída del valido y el populacho sació su venganza destruyendo las fundaciones que habían recibido su protección, por lo que fue asaltado por la plebe el Jardín Botánico y arrasado; no dejaron piedra sobre piedra. Fueron arrancadas plantas, quebrados lo árboles, saqueados los edificios destinados a la enseñanza, esparcidos los herbarios, libros y ficheros.

Hasta 1827 no fueron vendidos los terrenos del anterior Jardín Botánico.

Terrenos del antiguo Jardín Botánico en la actualidad (entorno del barrio de Los Mateos)

El trapecio del jardín original cubre este área entre el castillo, la estación de autobuses y la calle Intendencia de Santa Lucía


Límite norte del antiguo Jardín Botánico: la actual vía de FEVE. ¿ imaginas el magnífico Parque urbano que supondría recuperarlo ?

La vía de ADIF al puerto en plenos terrenos del antiguo Jardín Botánico (desde puente Mompeán, límite sur del mismo)

Magnífico punto de entronque urbano entre los actuales jardines del Batel y lo que sería el nuevo Jardín Botánico de Cartagena. Precioso proyecto ¿ no te parece ?






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